Uruguay no podía permanecer indiferente a la revolución tecnológica que caracterizó el comienzo de la vulgarización de la “locomoción aérea” en los albores del siglo XX y lo que significaría para su desenvolvimiento futuro. En nuestros medios de comunicación, permanentemente aparecían las noticias sobre el desarrollo que iba tomando la aeronáutica en el mundo.El 1° de diciembre de 1912, el aviador argentino Teodoro Fels, quien cumplía sus deberes castrenses en la Escuela Miliar de Aviación, cruzó en vuelo desde El Palomar en Buenos Aires hasta el Campo de Maniobras del Regimiento 1° de Artillería en Montevideo en su monoplano Blériot.
El aludido acontecimiento determinó que el 3 de diciembre, en el acuerdo semanal celebrado entre el presidente de la República José Batlle y Ordóñez y el Ministro de Guerra y Marina, se cambiaran ideas acerca de la creación en nuestro país de una Escuela de Aviación Militar, por el estilo de las que existían en los países que marchaban a la cabeza de los adelantos aeronáuticos de Europa y América. De esta manera se propició el nacimiento de la Aviación Nacional.
Solamente pudo hacerse al aire Berisso en el Farman el 22 de junio de 1913, por primera vez sin instructor para un uruguayo en territorio nacional, aterrizando en la playa de Malvín con inconvenientes, luego de un vuelo de una hora y cuarenta y cinco minutos. Con el vuelo de Berisso finalizó esta, la primera Escuela.
El crecimiento de la Aeronáutica Militar continuó sin pausa con la creación de nuevas unidades, todo lo que fue desbrozando el camino para la marcha hacia la independencia de la Aeronáutica Militar y su transformación en la Fuerza Aérea. Les dejamos aquí, parte de la historia narrada en distintos documentos literarios.