Finalizó la semana 1 del Curso Básico de Formación Militar en la Escuela Militar de Aeronáutica, y ya el 55% de los reclutas han abandonado el Curso. El mismo lleva el número 71, décadas de trabajo arduo y tenaz, para sacar a los mejores entre los mejores. Muchos de los reclutas, no comenzaron de la mejor forma en cuanto a su estado físico. Si bien esto puede causarle un esfuerzo extra, no siempre el mejor preparado es el que llega al final de la meta.
“Es complicado, es difícil, no le pongas dudas, tienes que prepararte…” “…yo no preparé lo suficiente, pero hay personas que prepararon menos que yo, y aún siguen ahí” nos contaba Diego de la Vega, postulante que desistió a las 72 h de comenzado el Curso. Muchos se tomaron muy en serio el entrenamiento, y gozaron al principio, de una excelente condición física para enfrentar los dos siguientes meses que los decantará finalmente, como integrantes del Cuerpo de Alumnos.
Las primeras semanas, sin dudas son de acondicionamiento, y allí se busca nivelar a todos a un punto, para comenzar el verdadero entrenamiento. Para esta tarea, si bien es necesario aguantar físicamente, la condición física debe de estar respaldada sin lugar a dudas de una mente fría, que sepa para qué se está realizando el Curso, y cuál es el objetivo personal de cada uno.
Ellos, viniendo la gran mayoría de un ambiente civil que nada tiene que ver con la carrera militar, deberán enfrentar la falta de descanso adecuado, la sobrecarga física, la deshidratación y el agotamiento. Esto no es porque no puedan hidratarse o no descansen, porque de hecho lo hacen, sino porque cada uno deberá medir correctamente sus prioridades, y cuando existe un lapso de tiempo libre, mientras unos descansan…el otro prefiere hacer 100 m más, tomar un vaso de agua y refrescarse. Una fase segundaria comenzará junto a las clases curriculares, en los primeros días del mes de marzo, lo que les exigirá no solo razonar, sino también saber convivir con el cansancio mientras estén recibiendo clases en las aulas de Jefatura de Estudio.
Día tras día comienzan la jornada pasadas las 0500 de la mañana, donde realizan una sesión de baja intensidad, al trote. Estas actividades son realizadas con los instructores militares del Curso preparatorio y Cadetes de tercero a cargo del mencionado curso. En el correr del día, ya tendrán tiempo para realizar corridas de alta resistencia, monitoreados por profesores de educación física. Su atuendo es el más cómodo, donde realizan los ejercicios con calzados idóneos para la temporada del reclutamiento.
Solo está en cada uno de ellos, realizar exactamente como se le dice, el estiramiento, calentamiento y ejercicio. Es aquí que muchos se lesionan, por hacer caso omiso a las órdenes de sus instructores, y deben de ser separados del Curso. En toda actividad, se cuenta no solo con la sanidad militar, disponible las 24 h del día, sino también con una emergencia privada que realiza la cobertura móvil.
Sin dudas, uno de los ejercicios de mayor exigencia al principio es la piscina, causal para algunos de querer abandonar todo. Muchos de ellos enfrentan por primera vez algo más que la prueba de ingreso, un salto desde el trampolín y 25 m de nado. Ahora deberán entrenarse para nadar sin descansar lo que se le solicite, por el tiempo que se le pida, y al ritmo que se le entrene. La alta capacidad cardiovascular, la ira generando en todas las actividades que día a día realizaran.
Finalmente no podemos olvidarnos, de los ejercicios típicos como son lagartijas, abdominales y sentadillas, que son el pan nuestro de cada día.
Queda claro que no se busca que sean superhéroes…todo lo contrario, se busca al Aspirante que busque lo mejor de sí, que se amigue con el cansancio aún estando extenuado, que sepa sus límites y busque siempre, superarlos.
Nada se logra con facilidad…todo tiene una cuota de sacrificio por la vocación que se siente. Está en cada uno cuanto de ellos sacrifican, se entrenan y se superan, para lograr finalmente alcanzar su anhelado sueño de ser aviador militar